Como tratar la ansiedad por separación de tu perro

Que es la Ansiedad por Separación

Es la incapacidad del animal para desprenderse del propietario ser querido sin que le produzca un sentimiento de tristeza o inseguridad.

La ansiedad por separación es un dolencia que sufren muchos perros por el excesivo apego a sus propietarios. El animal pierde completamente su independencia y se convierte en su sombra. Cuando por alguna causa necesitas dejarlo sólo, pueden empezar los problemas.

Es bastante común lo sufre un 15% de la población canina. Se manifiesta de varias maneras y se puede sospechar que nuestro perro sufre este trastorno cuando al quedarse sólo aparecen conductas como: 

Destrucción de objetos
Ladridos continuos
Conductas repetitivas
Defecar u orinar
Vomitos o salivaciones

Incluso llegan a producirse autolesiones en algunos casos, como lamerse o morderse hasta llegar a hacerse heridas. Algo que es bastante habitual y unos de los signos de la ansiedad por separación más comunes.

Pero cuidado porque hay otras enfermedades que tienen síntomas similares pero no llegan a ser ansiedad por separación canina.

Puede que tu perro sea excesivamente joven y enérgico, puede ser hiperactividad, aburrimiento que sienta temor ante algo que sucede cuando no estas.

Es una buena opción dejar una cámara grabando al perro cuando no estamos en casa para observar su comportamiento. Para poder diagnosticar correctamente cuando y como aparecen dichas conductas.

Posibles Causas de la Ansiedad por Separación Canina

Son varias las causas posibles de que nuestro perro sufra ansiedad por separación. Entre ellas hay que ver el historial de nuestra mascota.


Muchos de los perros que sufren este problema son perros abandonados, procedentes de perreras, han pasado por varios hogares, han llevado vida callejera o han sufrido alguna experiencia traumática.

También puede haber sucedido que haya pasado excesivo poco tiempo con su camada y haya sido destetado muy pronto.

Consejos para evitar problemas ante la ansiedad por separación de tu perro

Evitar el apego excesivo, lo que no quiere decir que no estemos con el y no lo mimemos igual pero hay que ir haciendo que se acostumbre de forma gradual.

Preveniendo unas futuras vacaciones o cualquier causa de separación por un tiempo determinado. Con anterioridad puedes ir dejando a tu perro en casa del familiar, amigo o un cuidador con el que vayas a dejar el perro durante tu ausencia.

Primero lo dejas durante unas horas y luego periodos más largos, un día, varios días. Por una parte solucionas el problema del apego. De paso ya va confiando en la persona que se va a tener que hacer cargo de tu animal durante las vacaciones o la causa de tu ausencia forzada.

Fomenta su independencia, que aprenda a poder estar en otra habitación durmiendo o jugando sin estar pegado a ti todo el tiempo.

Acostumbralo a quedarse solo ya desde cachorro y siempre de forma gradual. No crear rutinas que lo predispongan a saber que vamos a salir y ya lo pongan nervioso. Puede parecer algo complicado porque los animalitos parece que lo huelen.

La estrategia se trata de hacer salidas falsas. Es decir cualquiera de las rutinas que tu perro asocia con que te vas a ir y cuando parece que vas a salir, te vuelves a dar la vuelta y continuas con otra cosa.

Eso con la intención de desorientarlo y hacer que no asocie ciertos movimientos, prendas o sonidos con que te vas a marchar. Además de esto cuando realmente vayas a salir ni te despidas ni digas nada. Lo más discreto y natural posible.

Evitar montar demasiada fiesta tanto al irnos como al regresar para que el perro no dramatice el momento de la ida y del regreso. Al regresar saludarlo cuando ya se encuentre tranquilo. A veces cuesta porque el bicho te ablanda, pero tienes que pensar en su bien y que dándole todo lo que pide no lo favoreces.

También requiere cierto tiempo y dosis de paciencia pero todo sea por el peludo de la casa.

Que hago si ya tengo el problema en casa

Si sospechas que tu perros sufre ansiedad por separación, un buen consejo es que hables con algún profesional y que trabaje con él. Ya que cada perro tiene una historia y es un caso aparte.

No existen remedios mágicos pero dispones de algunas herramientas para trabajar en estos casos. Como que el animal disponga de un lugar de seguridad como un transportín.  Trabajar la relajación juntos y el estar tranquilos.

A veces nosotros mismos alteramos más todavía al perro con nuestro nerviosismo. Muestrate tranquilo ante el animal. Contagiale esa tranquilidad. Juegos de olfato para cansar y ejercitar al perrin.

Darle paseos y actividad física para que luego en casa se encuentre cansado y más relajado. Algunos después de correr un rato detrás de una pelota se convierten en una alfombra viviente. También sirve propocionarle juguetes interactivos que lo mantengan entretenido.


Practicar falsas salidas para descondicionar esas señales que el perro relaciona con nuestra posible salida de casa. Trabajar ausencias programadas y graduales para que el perro se habitué a la separación de forma progresiva y sin causarle un trauma excesivo.

Aromaterapia, feromonas o flores de Bach son tratamientos alternativos que funcionan en algunos casos.